La adicción al celular entre adolescentes se ha convertido en una preocupación creciente de salud mental, caracterizada por el uso excesivo y descontrolado del dispositivo, así como por la negligencia de responsabilidades académicas y sociales. Este comportamiento, cada vez más frecuente, genera consecuencias negativas tanto emocionales como físicas, afectando la vida cotidiana de los jóvenes y sus relaciones interpersonales.
Entre los síntomas más comunes se encuentran el uso prolongado del celular en momentos inapropiados, la dificultad para desconectarse, y la tendencia a descuidar las tareas escolares o familiares. A nivel emocional, los adolescentes suelen experimentar ansiedad, irritabilidad y malestar al no tener acceso a su teléfono, fenómeno conocido como nomofobia . Además, se