Por Jefferson Sánchez Cifuentes
Mientras el mundo observa con horror la devastación en Gaza, dos nombres resuenan con una fuerza que indigna: Donald Trump y Benjamín Netanyahu. Ambos, artífices y cómplices de políticas que alimentan el sufrimiento palestino, representan la obscenidad del poder cuando este se ejerce sin ética ni compasión. El drama de Gaza no es nuevo, pero la narrativa de justificación y cinismo político alcanza niveles insoportables cuando estos líderes pretenden, desde su pedestal de arrogancia, ofrecer discursos de paz mientras avalan la destrucción. Netanyahu, con su obstinación mesiánica, y Trump, con su oportunismo político, han convertido el conflicto israelí-palestino en una vitrina de poder y manipulación mediática.
La historia recordará que bajo la administraci