Durante más de 25 años, Victoria y David Beckham han representado uno de los matrimonios más admirados del mundo. Su historia, tejida entre el glamour, la fama y el amor incondicional, ha resistido los focos, los rumores y el paso del tiempo. Sin embargo, la diseñadora ha querido recordar recientemente que, detrás de la imagen de perfección que muchos asocian a su relación, se esconden rutinas tan cotidianas como las de cualquier pareja. Durante una entrevista concedida con motivo de la promoción de su documental, la ex Spice Girl desveló entre risas que no duerme sin sus tapones para los oídos. Y no, no se trata de un accesorio de moda, sino de un escudo nocturno contra los ronquidos de su marido. Es una advertencia que no admite negociación porque para ella descansa es fundamental.

Victoria Beckham ha contado esto con su característico sentido del humor, consciente de que su confesión iba a dar la vuelta al mundo. «Uso tapones para los oídos, pero no por diversión», dijo entre carcajadas , antes de explicar que los ronquidos de David se han convertido en un acompañamiento constante de sus noches. Lo relató con naturalidad, casi como una anécdota que evidencia que la convivencia, incluso en las parejas más idílicas, está llena de pequeños desafíos. Como vemos, en todas las casas sucede algo, hasta en las más famosas.

Aunque podría haber optado por enviar al ex futbolista a dormir a la habitación de invitados, la artista asegura que eso está fuera de sus planes. «No es saludable dormir separados» , comentó, dejando claro que, a pesar del ruido, no hay fuerza capaz de separarlos. Eso sí, reconoce que el sueño reparador sólo llega cuando logra silenciar los ronquidos con sus inseparables tapones. Gracias a este secreto, el público le ha empezado a mirar con otros ojos.

El lado más desconocido de los Beckham

Lejos de reducir su relación a esta simpática anécdota , Victoria ha aprovechado la ocasión para hablar de su vida privada, un aspecto que pocas veces se cuela en las entrevistas. Contó que, a diferencia de lo que muchos imaginan, los Beckham no son grandes consumidores de televisión. Ven alguna serie de vez en cuando y prefieren llenar sus noches de lecturas y pódcasts. « Leo muchas novelas de suspense en la cama , así que David… más vale que duermas con un ojo abierto», bromeó con complicidad . Este comentario revela una faceta más íntima de su relación: la de dos personas que comparten rutinas tranquilas y que encuentran placer en lo cotidiano. Nadie se esperaba algo así, pero Netflix ha puesto encima de la mesa una versión más humana de la mediática pareja.

La diseñadora también quiso profundizar en el modo en que gestionan la vida familiar junto a sus cuatro hijos, un aspecto que ambos priorizan por encima de sus compromisos profesionales. En casa, cuentan con una norma inquebrantable : las cenas se disfrutan sin teléfonos móviles y en torno a una mesa donde la conversación fluye sin interrupciones. Pasan mucho tiempo trabajando y creen que ese momento es el único que tienen para conectar.

Victoria Beckham se enfrenta a sus problemas

Durante su última entrevista, Victoria también ha hablado sobre los momentos difíciles que ha vivido a lo largo de su carrera y cómo el éxito no siempre estuvo acompañado de bienestar. Recuerda los años en los que la presión y las críticas hacia su físico derivaron en un trastorno alimenticio, un episodio que logró superar con ayuda profesional. « He hecho terapia, y me parece algo muy saludable . Hoy es un tema del que se puede hablar abiertamente, y eso me alegra», confiesa.

Por otro lado, habló de su larga lucha contra el síndrome del impostor , una sensación que la acompañó durante años y que la hacía pensar que su reconocimiento se debía solo a haber sido una Spice Girl y no a su talento como diseñadora. Con el paso del tiempo, ha aprendido a dejar atrás esas inseguridades: « Ahora siento que me he ganado el derecho a estar donde estoy . No tengo que demostrarle nada a nadie».

Una vida más normal de lo que parece

Detrás de la broma de los ronquidos y de los tapones para dormir , hay una realidad que merece ser contada. El matrimonio, a pesar de aparentar ser de otro mundo, forman una familia como otra cualquiera, con sus problemas, sus roces y sus crisis.

Victoria y David Beckham , que han construido un imperio y criado a una familia bajo la mirada constante del público, siguen luchando para salir adelante. Quizá, esa mezcla entre elegancia y autenticidad, sea el secreto de su duradero amor: saber reírse de los defectos, mantener los pies en la tierra y, sobre todo, conservar la capacidad de mirarse con ternura incluso cuando el otro ronca. Porque, como bien dice el refrán, en todos los sitios cuecen habas, incluso en la cama de los Beckham .