En el primer semestre de 2025, la situación social de Argentina experimentó un punto de inflexión: la capacidad real de gasto de las familias se expandió 36,2%, superando ampliamente el ritmo de la inflación y la evolución de la canasta básica total (CBT) y la canasta básica alimentaria (CBA).
Esta contundente mejora -verificada de forma exclusiva a partir del entrecruzamiento de los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) y los informes de precios del Indec- no solo permitió una baja histórica de la pobreza, sino que reconfiguró la relación entre ingresos laborales y no laborales en la estructura de los hogares en los 31 aglomerados urbanos más relevantes del país.
Por primera vez desde la salida de la pandemia, los ingresos per cápita de las familia avanzaron en dos períod