Me recibe leyendo el periódico. Veo cómo sus dedos recorren las páginas de 20minutos para matar el rato mientras comenta, entre chascarrillos, lo que más le llama la atención. "Anda, mira, qué curioso esto". Sonrío. Quién diría que, apenas unos minutos después, dejaríamos atrás las noticias de política internacional para hablar de la libertad que le brinda el hyperpop y de su deseo de volver a entrar a la Academia de Operación Triunfo.

Quizá sea precisamente en ese contrapunto, en esa profesionalidad que se asoma entre la informalidad y el humor, donde radique gran parte del encanto de María Escarmiento, la artista madrileña que se dio a conocer en 2018 como María Villar —o "María OT" para algunos— y que, tras lanzar un disco y varios EP —entre ellos, sus dos partes de Sensación de calor,

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