Hablaba uno en esta columna, hace dos semanas, de la vida de san Francisco de Asís, y su nombre me da hoy pie para tratar de algunas cuestiones que tienen que ver con los nombres de las personas. Y traigo a colación a san Francisco porque su nombre era en realidad Giovanni (Juan), pero su padre, que viajaba con frecuencia por ser comerciante de paños, se hallaba en Francia cuando su hijo nació, y en recuerdo de esa estancia le empezó a llamar Francesco, que vendría a equivaler a «Francés», o, más propiamente, a «Francesito», y con ese nombre se quedó. Y por cierto que fue el primero en llevar ese nombre, hoy tan popular, y de él derivan el Francisco español, el François francés, el Francis inglés, el Franz alemán y el Francesc catalán.

Que a los Francisco se les llame Fran o Quico es fáci

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