Por: Lyuba Yez
Presidenta del Consejo de Ética de los Medios de Comunicación.
A estas alturas, del presente siglo y sin duda de este 2025, se ha hablado tanto de desinformación que cada vez que escuchamos o leemos nuevamente la palabra no nos produce nada. El concepto mismo ha perdido efecto sobre nosotros, tal como nos ocurre ante la reiteración de una escena de violencia, una grave noticia policial e incluso, el discurso de alguna persona que aspira al cargo de poder más alto del país. Es tanto lo que escuchamos que dejamos de oír. Estamos saturados de la prédica sobre el bien y el mal, sobre la verdad y la mentira, sobre los polos y las diferencias, que ya nos da igual. ¿Estamos en un problema? La respuesta es un rotundo sí.
La desinformación, con toda su manipulación y agenda prop