Era 1832 y John Bennet Lawes tenía 17 años recién cumplidos, una finca enorme en el corazón de Hertfordshire y mucho tiempo libre. Lo acababan de echar de Oxford y había vuelto a la mansión que heredó de su padre una década antes. Ahora solo tenía que ver qué hacía con su vida.

Él no lo sabía, pero estaba a punto de poner en marcha el experimento en marcha más antiguo de la historia: el Broadbalk Experiment .

¿Y si plantamos cuatro hierbas? Así empezó Lawes, cultivando plantas medicinales en la finca y probando los efectos de diversos abonos en un puñado de macetas. Las cosas fueron bien y, un par de años después, los experimentos se expandieron a los cultivos en el campo.

La intención del joven John Bennet era sencilla: hacer que los agricultores no tuvieran que depender de los an

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