Durante casi cuatro décadas , Sarah Ferguson fue conocida como la duquesa de York , título que perdió oficialmente después de que su exmarido, el príncipe Andrés , aceptara renunciar al suyo tras los continuos escándalos relacionados con su amistad con el delincuente sexual Jeffrey Epstein .
Aunque Ferguson se mantuvo al margen de esas acusaciones durante años, su propia caída comenzó en septiembre, cuando varias organizaciones benéficas la destituyeron al conocerse correos electrónicos en los que se disculpaba con Epstein después de haberlo repudiado públicamente.

Sin reconocimiento real

El príncipe Andrés conserva su título por ser hijo de la difunta reina Isabel II , al igual que sus hijas, Beatriz y Eugenia , pero este cambio supone el fin del vínculo oficial entre Ferguson y la familia real británica .
Tras su divorcio en 1996 , ya había perdido el tratamiento de Alteza Real, y como el título lo obtuvo por matrimonio, ahora será conocida simplemente como Sarah Ferguson .
A pesar de la ruptura, ambos continúan viviendo en el Royal Lodge de Windsor , una residencia de 30 habitaciones cuyo contrato de arrendamiento les garantiza la propiedad hasta 2078.

Escándalos mediáticos y sobrenombres crueles

La exduquesa ha estado rodeada de controversias mediáticas desde los años 90. Los tabloides británicos la apodaron “The Duchess of Pork” —duquesa del cerdo— por su aumento de peso durante el embarazo, un sobrenombre que se intensificó tras las fotografías en Saint-Tropez donde el empresario John Bryan le chupaba los dedos de los pies.
Aquello ocurrió poco después de anunciarse su separación, y su reputación cayó en picado.

De la humillación pública a la redención real

Años después, Ferguson , conocida como Fergie , habló del impacto que el acoso mediático tuvo en su salud mental y autoestima . Tras superar problemas financieros y reinventarse como autora de libros infantiles y colaboradora solidaria, logró el perdón de Isabel II , quien incluso la dejó al cuidado de sus corgis tras su fallecimiento.
Su rehabilitación pública culminó con su presencia destacada en las bodas de sus hijas en 2018 y 2020.

Enfermedades y nuevos desafíos

En 2008, Ferguson perdió su casa en un incendio , y en los últimos años ha enfrentado graves problemas de salud : en 2023 fue diagnosticada con cáncer de mama y en 2024 con melanoma maligno , descubierto durante controles médicos posteriores.
Aun así, la exduquesa mantiene su conocido optimismo y espíritu resiliente, aunque esta última pérdida de título simboliza el cierre definitivo de su conexión con los Windsor .