Un grupo de amigos de la Quinta promoción franciscana del Instituto Padre Gabriel Tomassini, volvió a encontrarse para celebrar lo que el tiempo no puede borrar: la lealtad, la amistad y la vida compartida.

Ayer, 17 de octubre, mientras muchos celebraban el Día de la Lealtad peronista, quince sexagenarios también conmemoraron y festejaron la lealtad. Pero en este caso la celebración tuvo otro motivo: la lealtad a la amistad, al “compañero” de pupitre, al “camarada” de travesuras, al “correligionario” franciscano que aún honra las enseñanzas de aquel grande llamado Honorato.

Y es así, que anoche, la generosidad del dueño de casa, el querido y voluminoso “Tano” Dibenedetto, abrió sus puertas para que ese grupo de niños grandes compartiera sin ambages y se redescubrieran en su esencia.

La

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