La región occidental de Chihuahua, particularmente en los municipios serranos de Guachochi, Moris y Buenaventura, atraviesa una nueva escalada de violencia marcada por enfrentamientos entre grupos del crimen organizado, ataques a corporaciones policiales y la quema de vehículos.

En las últimas semanas, los tiroteos han sembrado el temor entre los habitantes de comunidades de la Sierra Tarahumara, donde la presencia de las autoridades ha resultado insuficiente para contener los hechos.

El saldo mortal comprobable hasta la fecha es de siete personas muertas en distintos hechos violentos: tres efectivos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) y cuatro civiles presuntamente vinculados a una organización delictiva.

A este recuento se suman los cuatro agentes de la SSPE lesion

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