La consulta con mujeres que viven en barrios populares de Rosario y Santa Fe deja en claro que la precariedad de la vida es también un factor de riesgo en la prevención del cáncer de mama.
“ La realidad de las compañeras es que la mayoría hoy en día tiene que salir a buscar el plato de comida y si vos tenés que ir primero a sacar un turno al dispensario para que te atienda la generalista o ginecóloga, ahí perdés medio día o tal vez un día entero ”, cuenta Romina Saavedra , referente del Movimiento Evita en el barrio La Lagunita de Rosario.
“Después tenés que ir a ver cuándo te dan el turno, por ejemplo, para una mamografía. Tenés que ir toda la semana a ver si conseguís ese turno, porque la lista de espera es un montón”, relata.
“Entonces, ahí ya perdés otro día y después, si va