Por: José Arteaga (X-Twitter: @jdjarteaga) A propósito del libro “El Poder del Café”, del médico Fabio Arévalo Rosero, de próxima aparición, quisiera contar a vuelo de pájaro como ha sido el proceso que ha llevado a Pasto a ser considerada una de las ciudades símbolo del café colombiano, a su vez el de mayor reconocimiento en el mundo. Hace cien años la idea de producir un café nariñense la tuvo un señor llamado Arcesio Paz, quien tenía negocios en Ambato y montó unos molinos a la entrada de Pasto por la antigua carretera al sur. A aquel café le puso por nombre Aripie, lo que supongo era un acrónimo de sus nombres y apellidos. Mi padre recuerda que aquel café se vendía en tubitos y llegó a ser muy popular. Más tarde, hacia 1933, Paz se asoció con Carlos Sánchez Ojeda y pusieron la fá
Nuestro café

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