El «agujero de rata» que comenzó como una simple marca en una acera en el corazón del barrio Roscoe Village al norte de Chicago, se transformó gracias al poder de las redes sociales en un fenómeno de devoción popular y, más tarde, en objeto de estudio académico para develar su misterio.
La silueta impresa en cemento cautivó a cientos de personas que la visitaban a diario. La figura, atribuida popularmente al cuerpo de una rata, fue durante meses un punto de peregrinación urbana: allí se dejaban monedas, flores y hasta figuritas de plástico como ofrendas.
La historia tomó notoriedad a comienzos de 2024, cuando el artista Winslow Dumaine compartió una imagen de la curiosa forma, parecida a un pequeño roedor, en su cuenta de redes sociales. Si bien la huella llevaba décadas en esa acera,