El suicidio es un tabú, una verdad ignorada y una terrible vía de darse muerte. No puedo asegurarlo con precisión, pero quitarse la vida es, entre los esplendentes protagonistas del futuro, la forma más común de eliminar su presencia por causa no accidental o de fatalidad de salud entre los más nuevos, los adolescentes y los apenas jóvenes. El abismo insondable del sufrimiento de chicos y chicas desesperados, que prefieren dejar de vivir a vivir, es algo ajeno a todo juicio, a simplezas morbosas y a creencias religiosas. Nadie puede alcanzar a interpretar en toda su profundidad qué mueve a un juncal y promisorio muchacho o muchacha a dejar solos a los suyos; a dejarse a sí mismos para siempre, incapaces de soportar el pequeño martirio cotidiano y su crueldad de bestia; el desamparo y la ve
Suicidio e impunidad

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