Hay palabras que no aparecen en los diccionarios, pero forman parte del alma de un lugar. En Mallorca, una de ellas es “xereca” , un término tan cotidiano para muchos isleños como enigmático para quienes no han crecido escuchándolo. Basta con pronunciarlo fuera de la isla para despertar una sonrisa o una mirada de desconcierto. Y es que esta palabra —tan mallorquina como la ensaimada o el “bon dia”— es un pequeño tesoro lingüístico que condensa toda la idiosincrasia local.
Aunque en el catalán estándar “xereca” no tiene un significado generalizado, en Mallorca su sentido depende del contexto y del tono con que se pronuncie. Puede usarse para referirse a una persona charlatana, curiosa o algo cotilla , alguien que siempre está pendiente de lo que ocurre a su alrededor. “No siguis tan x