Un mundo nuevo más justo, verde y solidario reclama su inversión en imparable reciclaje ideológico. El progreso humano trepidante exige un ejercicio constante de revisionismo de nuestra ubicación en el presente, de los retos colectivos, por supuesto, de nuestras pancartas al viento. Los que nunca se revisaron fueron directamente a engrosar la sombra, los que nunca se cuestionaron, una vez en la lujosa moqueta, en sus palacios de invierno tropicales, serían yugo, yugo bolivariano, pero yugo.

En América Latina, Gustavo Petro, el último guerrillero cuerdo, no bolivariano, no termina de abandonar la selva, tampoco la de asfalto. El M19, la singular guerrilla urbana en la que militó el presidente, aún no quedó relegada al absoluto olvido. Cuando se tira el metal conviene también abandonar el p

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