Gustavo Petro soñó con ser líder mundial antes de ser líder nacional. Cuando asumió el poder, hace más de tres años, el mandatario dijo que su Gobierno estaba listo para liderar una “integración latinoamericana alrededor de la lucha contra el cambio climático” y el cambio de relación de varias potencias como Estados Unidos y China.
Pero haciendo el balance, según expertos consultados, el saldo de la política exterior del presidente Petro está en rojo. Es más, en las últimas semanas, desde que dio un polémico discurso en la Asamblea de Naciones Unidas en Nueva York, todo le ha salido al revés: Trump le quitó la visa estadounidense, Israel y Hamás firmaron una tregua y liberaron a los rehenes, le dieron el premio Nobel de Paz a María Corina Machado y la complacencia con el régimen chavista