Convertirse en un líder global es el sueño de cualquier empresa tecnológica. Pero si eres europeo, ese camino es más empinado de lo que parece. Europa es un continente diverso, apasionante… y fragmentado. Cada país tiene su idioma, su marco legal, su cultura empresarial y su manera de comprar tecnología. Escalar de España a Francia o a Alemania, a pesar de ser vecinos, es casi tan complicado como expandirse a tres países distintos fuera del continente.

Mientras tanto, en Estados Unidos, las startups nacen en un mercado homogéneo, de más de 300 millones de consumidores que hablan el mismo idioma y compran de manera similar. Una startup americana que logra “product–market fit” en su país tiene ya, de facto, una posición dominante en más del 60% del mercado global de SaaS. Por eso, muchas de

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