"Por fin hay paz en Oriente Medio. Han tenido que pasar 3.000 años para esto", proclamó exultante Donald Trump tras firmar este lunes en la ciudad egipcia de Sharm El Sheikh el acuerdo de alto el fuego para la Franja de Gaza. Aunque el mandatario norteamericano no necesita a nadie para colgarse medallas y es cierto que su intervención ha logrado detener la guerra, es demasiado pronto para hablar de una paz duradera y sostenible en la región más convulsa del planeta. El plan Trump está todavía en una fase embrionaria, hay dudas sobre la implantación de las siguientes etapas y mucha incertidumbre sobre el futuro a medio-largo plazo.

Carlos López, profesor de Relaciones Internacionales e investigador del Grupo de Seguridad, Riesgos y Conflictos de la Universidad Nebrija, considera que ni siq

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