El amor no siempre nace como una vocación temprana. A veces, es el proceso el que despierta la pasión por una profesión. Este es el caso de Noelia Purriños, enfermera pediátrica natural de Zamora, que decidió mudarse a León por amor y que, hoy, celebra el reconocimiento a un trabajo que busca transformar el cuidado de los niños con enfermedades crónicas complejas.
Purriños presentó su proyecto en el IX Congreso Internacional de la Asociación Española de Enfermería Pediátrica, donde fue premiado por su relevancia y rigor científico. La investigación, iniciada durante su residencia en Barcelona, se centra en el análisis de cómo las enfermeras valoran las necesidades de los pacientes pediátricos con patologías crónicas complejas, especialmente en el ámbito de los cuidados paliativos.
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