“El porvenir pertenece a quienes comprenden que la esperanza no se hereda: se cultiva con conciencia, verdad y acción”.
México camina entre la herencia de sus errores y la esperanza de sus posibilidades. A lo largo de las últimas décadas, el país ha enfrentado un dilema constante: mirar hacia atrás para entender las causas de su atraso o mirar hacia adelante para construir otro futuro.
La verdadera tarea consiste en hacerlo al mismo tiempo: reconocer lo que se hizo mal, sin paralizarse en la crítica y transformar esa conciencia en acción colectiva.
Las herencias son evidentes: desigualdad persistente, dependencia energética, endeudamiento estructural y una burocracia que confunde control con eficiencia. También lo son las empresas toxicas que lucran con el corto plazo, un sistema financ