Tres secuelas claras, por evidentes, conforman los vestigios en los que perdura el terror de una falsa guerra: la fría. La formación política personal en abismo, la desmovilización ideológica y la rebelión como espectáculo accidental, como tres aspectos básicos, presentan la arquitectura de esta novela histórica (o del intento de su historicidad). Porque ahí está lo que Semán advierte: cualquier plan de escritura conspira contra sí, porque interviene el dolor por las pérdidas, acaso conspira la imposibilidad de explicar y describir la brutalidad humana, su falta de sentido.

Bajo Buenos Aires ocurre un movimiento subterráneo, terrorismo topo, organización clandestina paralela derivada del fracasado atentado contra el avión de Videla en Aeroparque, por tan solo doce metros. Esta profunda vo

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