La corrupción, el nepotismo y la desigualdad se han convertido en un caldo de cultivo para la intolerancia en el mundo. Esto se ha reflejado en múltiples protestas en diferentes países, siendo lo acontecido en Nepal, el pasado 9 de septiembre, uno de los antecedentes más claros. Desde entonces, naciones asiáticas como Indonesia, Filipinas, Bangladesh y Sri Lanka también han reaccionado ante esta infección que parece haber causado "necrosis" en cada gobierno. América Latina, por supuesto, no está ajena a este panorama crítico.
De manera específica, a Paraguay , uno de los países más corruptos de Latinoamérica según el Índice de Percepción de la Corrupción 2024 elaborado por Transparencia Internacional, le llegó su turno el pasado 28 de septiembre, en medio de múltiples acusaciones que se