Desde mediados de la década de los 80, el actor Álvaro Guerrero ha mantenido una dinámica de trabajo muy demandante: lo mismo pasa de una película a una serie, que a una obra de teatro.
Por eso, cuando está por hacer alguna pausa entre algún proyecto sueña con no hacer nada.
“Me cae tan bien Cristian Castro, con este asunto de no hacer nada; estoy de acuerdo con él y con su filosofía de vida. Si en algún momento voy a Argentina y coincido con él, le voy a decir: ‘quiero ser tu súbdito, maestro’”, dice riendo el actor, quien ha destacado en proyectos como Amor en custodia (2005) y Capadocia (2010).
A sus 68 años, Guerrero está convencido de que forma parte de una generación de actores formada en la disciplina y no en la fama; un grupo que nunca soñó con Hollywood, sino con permanecer en