La escasez de agua potable mantiene en alerta a los vecinos de la provincia de Cangallo, quienes llevan más de dos semanas enfrentando un desabastecimiento que afecta sus actividades diarias. Lo que antes llegaba con regularidad, hoy se ha convertido en un recurso limitado y, en algunos casos, inexistente.

“A veces abrimos el caño y solo sale aire, otras veces apenas unas gotas. No se puede ni cocinar ni lavar”, expresó con frustración doña María Huamán, vecina del centro de Cangallo.

Ante la falta del servicio, las familias se ven obligadas a comprar agua embotellada o almacenar lo poco que logran recolectar en baldes y bidones. Sin embargo, los pobladores advierten que el agua que sí llega por las cañerías presenta residuos y mal olor.

“Pensamos que era problema de nuestras tuberías

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