Hay días y días en la vida de las personas. Días felices y días que sabes que lo cambian todo para siempre. Hoy era uno de esos. Desi tuvo que irse de madrugada para no volver, con la inmensa dificultad de tener que dejar dos hijas y marido, y madre (que no es cualquier cosa), y amigos que la adoran en esta tierra a veces tan hostil. Un puñetero cáncer nos la robó, no su sonrisa, ni su imbatible optimismo, sus ganas de vivir, su amor por Málaga, donde descansará para siempre, la pasión por su gente, su capacidad para repartir amor aun en las peores circunstancias, su generosidad ilimitada. Atrás no quedan tiempos sencillos, la enfermedad nunca lo es. Sí el ejemplo de una mujer que luchó hasta el final. El amor de una pareja tan sólida, como bonita, Guille, sois un ejemplo. Y esas dos pri

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