Después de casi una década de frustraciones en Merseyside, los "Diablos Rojos" escribieron un capítulo distinto. No fue solo una victoria: fue un exorcismo.

A los 84 minutos, cuando el marcador parecía condenado al empate, Harry Maguire emergió como el héroe inesperado. Su cabezazo preciso no solo rompió el 1-1, sino también una maldición de 11 partidos sin ganar en este estadio. "Significa todo. Ellos han tenido la ventaja sobre nosotros, y hoy demostramos que nuestro club no se rinde" , declaró el defensa, cuya celebración efusiva frente a la hinchada visitante encapsuló la catarsis.

El Liverpool , acostumbrado a los finales dramáticos a su favor esta temporada, esta vez sufrió el golpe tardío:

Cody Gakpo desperdició un cabezazo clave en el minuto 86 que pudo igualar el part

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