Imaginemos a un productor local, un agricultor que trabaja, día tras día, para sostener a su familia . Debe cuidar su tierra, adquirir semillas, sembrarlas, prestar la adecuada atención durante todo su desarrollo (lidiando con cualquier problema que surja) para, finalmente, obtener su cosecha . Tras todo ese esfuerzo, es necesario almacenarla y venderla en las mejores condiciones en cuanto a calidad y precio para que llegue a los consumidores.

Llevado de manera individual, todo este proceso se convertiría en algo casi imposible para muchos productores . En consecuencia, muchas extensiones, al no generar beneficio suficiente , se quedarían sin explotar y esto derivaría, entre otras cosas, en más desempleo y en alimentos más caros en el mercado .

Y ahí es donde las cooperativas

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