Hemos entrado en el segundo cuarto del siglo XXI y nada de lo que sucede en el mundo tiene que ver con lo previsto. ¿A qué juega la historia? ¿A qué clase de farsa asistimos? Pero es la historia, véase con nostalgia o con enfurecimiento lo pasado.
Lo cierto es que no podemos dejar de mirar atrás, salvo que no queramos ver más que lo que tenemos delante. Pero más allá de lo que el pasado nos hace sentir y presentir está el problema de lo difícil que es sacar una conclusión y pronosticar el futuro. ¿Hemos aprendido de la pandemia de la covid? ¿Volveremos todos a rescatar los bancos de los ricos como en el 2008? ¿Retornará el fascismo?
Véase Israel y su política hoy: como si no hubiesen existido la destrucción del Templo, la matanza de los inocentes, el asedio de Masada, la diáspora, los po