Cada octubre mucha gente se queja del éxito de Halloween en detrimento de la castañada. Es un debate recurrente que provoca tres reacciones: a) la aceptación (a menudo entusiasta) de la derrota, con viaje incluido a Port Aventura para disfrutar de sus espectáculos bilingües (inglés-español); b) la postura pragmática (a menudo resignada) del híbrido Castaween, y c) la explosión del “a-dónde-vamos-a-parar” (a menudo airada), emitida desde el sofá.
La entidad Ball de Gitanes de La Garriga apuesta por plantar cara. Desde el 2022 la noche del 31 de octubre organiza el Castanyot, pero este año ha decidido entrar en la batalla cultural con una ambiciosa actividad dirigida a los niños: “He vist un monstre”, que pretende conectar con la tradición de la castañada y mitigar la influencia de Hallowee