Los espectadores se convierten en viajeros estelares propulsados por 24 proyectores y 50 altavoces
El viaje desde los confines del universo comienza cuando se apagan las luces. El Museo Británico de Historia Natural está atestado de turistas. Pero una vez refugiados en la galería Jerwood —95 personas sentadas en poyetes, en el suelo o de pie— nos convertimos en viajeros estelares. Galaxias y estrellas se deslizan a izquierda y derecha, y bajo nuestros pies, los anillos de Saturno, Júpiter y el planeta rojo. Vemos el nacimiento de la Tierra, nuestro hogar, y reconocemos la voz de sir David Attenborough , un tesoro nacional británico.
Las paredes y el suelo se transforman en el lecho oceánico de hace más de 4.000 millones de años. Las fuentes hidrotermales brotan, formando columnas asc