Mar Molné ya sabía que era la nueva campeona del mundo. Le quedaba un tiro, y acertó, 46 de 50 en la final. Su rival, la italiana Stanco, subcampeona olímpica en París 2024, llevaba 41, y también sumó el último, para hacer 42. En ese momento, Mar ya sí pudo exteriorizar lo que sentía. Así es su deporte, pura precisión y pura concentración, el vuelo de una mosca puede ser suficiente para despistarse, y adiós, porque desde que se pide el plato hasta que se dispara apenas pasa medio segundo .

«Los últimos cinco platos los he tirado con la escopeta temblando, las piernas, las manos... Todo», confesó Molné. No le hacía falta ser perfecta en ese tramo final porque llevaba ventaja, pero lo fue. No falló ninguno, y cuando su oponente terminó, la catalana se llevó las manos a la cara, felicitó

See Full Page