Dice un proverbio chino que el aleteo de una mariposa puede sentirse al otro lado del mundo. En Antioquia, ese aleteo tiene el brillo del oro. El repunte del metal precioso —impulsado por la incertidumbre económica global, las tensiones geopolíticas y las expectativas de recortes de tasas en Estados Unidos— desató una nueva fiebre en los socavones y ríos del Bajo Cauca, el Nordeste, el Occidente y el Oriente.

El precio, que hace 10 años rondaba los 1.182 dólares por onza y hoy supera los 4.300, alimenta una lucha feroz por el control de las minas donde la guerra por el oro produce matanzas, desplazamiento forzado, usurpación de tierras por actores armados ilegales, explotación sexual, trabajo infantil, deserción escolar, incremento de homicidios y accidentes graves de informales.

La extr

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