Ya se acerca ese momento del año en el que toca sacar el nórdico del armario. Con la bajada de temperaturas, las primeras lluvias y la caída de las hojas, hay que transformar la casa. No solo se trata de hacer el cambio de armario o sacar las botas de agua, sino también de adaptar los textiles del hogar: renovar las fundas de cojines, volver a colocar las alfombras más mullidas y sustituir las sábanas ligeras por tejidos más cálidos.
Aunque muchos intentamos alargar el momento por pereza, envolvernos en una montaña de mantas no es la mejor opción. Y precisamente cuando parecía que nada podría reemplazar al clásico edredón, una nueva tendencia se abre paso, primero en los hoteles más exclusivos y, poco a poco, también en nuestros hogares.
El lujo redefine el descanso
En 2025, los hotel