En el siglo XVIII varios monarcas conservaron la soberanía sin contrapesos y a la vez adoptaron ideas de avance hacia la Ilustración, de modo que promovieron reformas inspiradas en la razón, la utilidad pública y el progreso mientras mantenían intacta la autoridad total hacia el pueblo.

Esto fue denominado como 'absolutismo ilustrado' y dio pie al nacimiento de la popular expresión ‘Todo para el pueblo pero sin el pueblo’, constatando una modernización desde arriba que buscó escuelas, códigos más racionales, fomento económico y cierta tolerancia religiosa sin abrir la puerta a la participación política de los ciudadanos.

El programa buscó ordenar la administración, recentralizar hacienda y justicia y promover academias y obras públicas bajo la idea de la felicidad pública, con intervenci

See Full Page