Creado: 20.10.2025 | 09:45
Actualizado: 20.10.2025 | 09:45
Lo más duro de encontrar a una persona anciana fallecida en su casa es comprobar que llevaba mucho tiempo sola, y que varios días después de su muerte nadie había preguntado por ella. Lo explican los Bomberos de León, que advierten de que cada vez se encuentran con más casos de este tipo, una realidad «para la que nunca estás realmente preparado». Sólo entre enero y agosto los bomberos han tenido que derribar puertas para encontrar en esta situación a más de una veintena de personas. El galopante envejecimiento de la población agrava no sólo el fenómeno de la soledad no deseada, sino de la desestructuración de las redes familiares y de vecindad que dan la voz de alarma cuando alguien falta. Una realidad que exige una reflexi