Por un lado, frenar a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) , un partido que "quiere destruirnos" y con el que "no compartimos nada". Por el otro, culpar a la inmigración de generar un "paisaje urbano" inseguro , ante lo cual debe responderse con expulsiones . Esta es la doble estrategia con la que el canciller alemán Friedrich Merz y su bloque conservador quieren plantar cara al ímpetu de la AfD, a la que algunos sondeos sitúan ya como primera fuerza en intención de voto .

"Pregunte a sus hijos, pregunte a sus hijas, pregunte a sus amigos. Todos le confirmarán que hay un problema, que tienen miedo, a más tardar cuando oscurece", fue la respuesta del canciller este lunes, ante preguntas de los periodistas sobre qué quiso decir hace unos días al sostener que en Alem

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