Las joyas robadas tienen "un valor patrimonial incalculable", según las autoridades. Para expertos, el botín será imposible de vender en su estado actual.

Más de medio centenar de investigadores de la policía intentan dar con los ladrones de joyas reales del Museo del Louvre , un robo que reavivó el debate sobre la falta de seguridad en los museos de Francia. Los detectives trabajan sobre la pista de que un grupo del crimen organizado planeó y ejecutó este asalto, que dio la vuelta al mundo y obligó a cerrar de nuevo el Louvre.

"Lo que es seguro es que hemos fallado", reconoció en la radio France Inter el ministro de Justicia, Gérald Darmanin, para quien este hecho proyecta "una imagen muy negativa" del país.

El Louvre, uno de los mayores del mundo, recibe cada año nueve millones de

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