Con profunda emoción y espíritu de gratitud, la parroquia Nuestra Señora de Fátima, ubicada en el Centro Cívico de Ciudad Guayana, fue escenario de una solemne misa de acción de gracias por la canonización de los dos primeros santos venezolanos: la madre Carmen Rendiles y el médico de los pobres, San José Gregorio Hernández Cisneros, cuya reliquia llegó al templo en medio de fervor y esperanza.

La eucaristía fue presidida por el padre Manuel Díaz, párroco de la iglesia procatedral Nuestra Señora de Fátima y vicario episcopal para la pastoral de la Diócesis de Ciudad Guayana, quien expresó su alegría por este acontecimiento que marca un hito en la fe del país.

“De estos dos santos debemos aprender la humildad, la reconciliación y la reconstrucción, tanto interior como exterior de nuestras

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