Los descuentos no son simples actos de generosidad de las tiendas ni se planean al azar: detrás de cada etiqueta con descuento hay un plan cuidadosamente diseñado para atraer clientes, maximizar ventas y mover inventario.
Aunque para los compradores una buena oferta significa ahorrar dinero y sentir satisfacción, para los supermercados es una estrategia de negocio bien calculada.
La sensación de felicidad que se experimenta al encontrar un producto rebajado no es casualidad.
Estudios han demostrado que conseguir una oferta activa el sistema de recompensa del cerebro, liberando hormonas como serotonina, dopamina y endorfinas, responsables de esa pequeña dosis de placer que sentimos al salir ganando en una compra.
Sin embargo, lograrlo no siempre es fácil: muchas veces los productos