El arte siempre ha sido codiciado, y las historias de robos no son nuevas . 'La Mona Lisa' de Da Vinci fue arrancada de su marco por un antiguo trabajador que la escondió bajo un abrigo. La moneda de oro más grande del mundo se la llevaron en una carretilla por las vías del tren. 'El Grito' de Munch desapareció en 50 segundos, dejando una nota que decía: "Gracias por la poca seguridad".

Pero lo que ha pasado en Francia ahora duele más que cualquiera de esos episodios. Porque esto no es solo un robo: es una humillación . Un golpe directo al corazón del país, a su historia y a su orgullo.

El Louvre no es cualquier museo. Para los franceses, es un símbolo nacional. Lo que empezó como una fortaleza para defender París se convirtió en palacio real y terminó siendo patrimonio del

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