Hablo español con mi madre, con otros familiares y con viejos amigos. Lo hablo con mis hijos, aunque no tan a menudo como debería. Leo novelas en español y escucho canciones de los 80 en español. Hay conceptos y expresiones que solo me resultan comprensibles en español. El español es mi idioma predispuesto para los momentos de alarma o estrés; cuando maldigo en voz baja a algún conductor idiota, suelo hacerlo en español. A veces, incluso sueño en español.

Nunca imaginé que pronunciar ese idioma en voz alta podría convertirme en miembro de una clase sospechosa.

Pero ahora sí. El español se ha convertido en un indicador reconocido de posible criminalidad en Estados Unidos. El idioma de Miguel de Cervantes y Andrés Cantor , la cuarta lengua más hablada del mundo, se ha considerado el sonido

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