El audaz operativo comando que sacudió la mañana del último domingo, en el que cuatro ladrones con pasamontañas se robaron ocho piezas de la colección de joyas de la Corona Francesa, hizo recordar aquel otro no menos espectacular, ocurrido en París y en el mismo Museo de Louvre, cuando se llevaron ni más ni menos que el cuadro de La Gioconda.

Ocurrió un martes 22 de agosto de 1911 y durante dos años y más de cien días se escucharon, y escribieron, todo tipo de mitos, leyendas, historias y versiones. Nunca se supo dónde mantuvo escondida la obra magna que Leonardo Da Vinci pintó entre 1503 y 1519.

Sí, en cambio, se conocieron dos nombres detrás del atraco más célebre en términos artísticos que sufría París a principios del siglo XX: el autor material del robo fue un carpintero italia

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