Desde sus orígenes, los videojuegos han dependido de conceptos técnicos: colisiones, gravedad, algoritmos, modelos de luz y sombra, simulaciones numéricas, etc. Lo interesante es que en algunos casos esos modelos no son simples “disfraces” para dar realismo visual, sino que son aproximaciones reales o simplificadas a fenómenos científicos. En esos casos, los diseñadores recurren a teorías bien establecidas por mencionar algunos ejemplos, leyes de Newton, termodinámica, genética, óptica, para sustentar mecánicas de juego. Esa influencia científica puede ir desde ajustar parámetros de simulación hasta fundamentar mecánicas de resolución de problemas.

También existe un subgénero llamado serious games o juegos educativos / divulgativos, cuyo propósito explícito es enseñar, sensibilizar o en

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