En su afán por hacer olvidar las juergas de José Luis Ábalos, los prostíbulos de su suegro, las chistorras de Koldo, el juicio a su fiscal general y los nepotismos de su familia, nuestro timonel se quiere ahora colgar la medalla del cambio horario, algo que la Unión Europea ya decidió hace tiempo pero que él pretende presentar como si fuese suyo.
Pues no, es tema viejo, resuelto a favor de no cambiar la hora, por mucho que se trate de un asunto polémico, pues no tiene sentido que amanezca en Mallorca a las cuatro de la madrugada en verano, o en Galicia a las 10 de la mañana en invierno. Da igual, lo que quiere nuestro Pedro es que hablemos de cualquier cosa, menos de lo que le duele, tapando también de paso la investigación de la Caja B del PSOE y la metedura de pata con los autónomos.
S