Qué problema hay en que a alguien le guste más Camilla Parker Bowles que lady Di. Si es así, se dice y a por todas. John Carlin no tiene reparos en reconocerlo y así lo expresa en La Villarroel, en una charla en este teatro con el periodista y escritor Josep Martí Blanch. ¿Por qué autocensurarse? Al inglés el cursilismo de Diana le echa para atrás. “La prefiero infinitamente más que a Diana, y sé que puede causar una polémica impresionante”, admite.

¿Cómo ha llegado a confesarse? Porque la periodista Rosa Badia, que ejerce de moderadora, le provoca. Porque les pregunta a los dos articulistas de La Vanguardia qué les parece que en los libros de Roald Dahl se censuren palabras como “gordo”, “fea” o “tonto”. Hasta “negro” para designar que un abrigo es negro. “ Camilla Parker denunció esta

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