Como ocurre en la industria del tabaco y sus productos relacionados, la industria del porno no cesa de buscar nuevos clientes que sigan llenando sus fabulosas cuentas de resultados. Y esos nuevos clientes siempre son los menores, la población a la que supuestamente más debe la sociedad proteger por su vulnerabilidad. Pero no ocurre así. La edad media de inicio en la pornografía se sitúa, según diversos estudios, en los 12-13 años, aunque cada vez son más lo niños de entre 8 y 10 que llegan a estas páginas online. El 60% de ellos se “tropieza de manera casual” con el porno. Y entre el 20 y el 25% de los que no han cumplido los 18 años ya están “enganchados”. A esto hay que sumar que la brecha de género en la visualización de estas páginas se está reduciendo: el 50% de las chicas acude al po

See Full Page