Cuando a Judith Sahuquillo se le pregunta sobre los recuerdos que se le vienen a la cabeza al escuchar la palabra dana, comienza a relatar con todo tipo de detalles cómo la tromba de agua comenzó a caer en Gestalgar, al noroeste de Valencia, desde primera hora de la mañana del fatídico 29 de octubre. Más o menos al mismo tiempo en que su pareja, María Ángeles Suay rompía aguas.

Utiliza adjetivos como “catastrófico” o “desolador” para referirse a las consecuencias de un Turia desbordado, que colapsó los accesos al pueblo, devoró los huertos de sus vecinos y destrozó varias infraestructuras municipales. Pero en mitad de la retahíla de desgracias, la joven de 32 años hace una pausa –y con un tono más lento, con el que hasta parece que está pidiendo disculpas anticipadas por lo que va a decir

See Full Page