La industria cervecera belga, los fabricantes mexicanos de tequila y Heineken presionaron a los Gobiernos este verano para que se opusieran a la propuesta de la agencia de salud de la ONU de introducir normas más estrictas sobre el alcohol, según se muestra en cartas y correos electrónicos a los que tuvo acceso Reuters.

Estos esfuerzos, de los que hasta ahora no se había informado, reflejan cómo la industria mundial de las bebidas, valorada en mil millones de dólares, se enfrenta a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su postura cada vez más firme de que no existe un nivel de consumo de alcohol sin riesgo.

El sector cuestiona esta postura. Y, mientras los consumidores, cada vez más preocupados por la salud y con problemas económicos, reducen el consumo de alcohol, lo que supone

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